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¿Porqué la Alimentación y las Emociones van de la Mano?



Desde el mismo instante en el que llegamos al mundo, el contacto físico a través de la piel y la alimentación se convierten en los factores cruciales para que el recién nacido sobreviva. Los abrazos, las caricias y el afecto, van a permitir que este ser sea estimulado y se desarrolle. No necesitamos una clase de psicología para que esto nos sea totalmente natural de comprender. Se cae de su peso. Por otra parte, el sentido común nos dice que al bebé hay que alimentarlo para que viva, como agua necesitan las plantas. Pero a veces no es tan evidente que ésta alimentación tiene una función fuertemente emocional.

El cerebro de los seres humanos está lleno de mapas. Un mapa para los pies, un mapa para las manos, un mapa para los ojos y por supuesto, un mapa para la boca. Este mapa de la boca en nuestro cerebro es particular porque es muy, muy grande, comparado proporcionalmente con otros mapas corporales. Quiere decir que nuestro cerebro de alguna manera se deleita interpretando y re-interpretando toda la estimulación sensorial que recibimos a partir del contacto con los labios y sus alrededores. La lengua por supuesto forma parte de esto y tiene sus particularidades, pero otro día hablaremos de ella. Por hoy la boca y en especial a los labios.


Esta boca es la que desde que llegamos al mundo se convierte en un lugar de contacto y expresión emocional, ademas de estar, por supuesto, totalmente vinculada a la alimentación. Si te fijas comemos y besamos usando la misma parte del cuerpo. El beso es muestra de amor y afecto y la boca puede sentir que hay afecto con un beso y tambien con una barra de chocolate.

La alimentación emocional es entonces, esa capacidad de comprender que es imposible desligar nuestra conexión entre la comida y las emociones y, en la medida en que la conexión sea positiva se reflejará con altísima probabilidad en el peso y en la salud general, asociada a nuestra dieta.


Si nuestras emociones son turbulentas y negativas, así tengamos una sonrisa tipo Joker en la cara, nuestro cuerpo lo reclamará como una tendencia a solucionar con la comida nuestra incomodidad. Estaremos enfermos y básicamente comeremos mal.

Atención con esto, reflexiona antes de comer ese dulce, buñuelo, pastel, helado o mogolla y pregúntate: ¿Estoy comiendo porque tengo hambre o porque me siento triste y necesito consuelo?.

Principio de la Alimentación Emocional: Sentimos como comemos y comemos como sentimos.

IG: @comerconlaluna

FB: Claudia Botero

correo: claudiaboteroarte@gmail.com




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