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Serie de reflexiones nacidas del comportamiento de las diversas especies animales aplicadas al hombre a cuenta de nuestra evolución y genética compartida.
En sociedades “primitivas” fuertemente vinculadas con el espíritu del mundo natural, ciertos animales son considerados como inmensamente sagrados, a pesar de que exhiban características que corresponden al temible depredador. Nosotros, y me refiero con nosotros a las personas de mente “civilizada” y enfatizo las comillas, y descendientes directos de la asepsia y la tecnología; es decir, que definitivamente tememos a muerte el mundo de los gérmenes y bacterias invisibles que nos acechan y que somos importantes en la medida en que tenemos aparatos sofisticados de comunicación, consideramos a la criatura del bosque que mata para comer, como un ser nefasto, malvado y vicioso. Todavía mas malvado y perverso, si este ser para cazar se asocia con sus congéneres y se organiza en grupos para llevar a cabo dicha depredación.
Nosotros, los del pensamiento moderno y sofisticado, a sabiendas que cuando depredamos lo hacemos con un verdadero espíritu devastador y vandálico de los recursos que la naturaleza nos ofrece, se nos ocurre que es lo mas “natural” del mundo considerar, que aquellos animales que también “matan” o mas bien decir, “cazan“ a otros, para vivir, son nuestros equivalentes en nuestros propios términos; es decir, malvados y oportunistas que agobian a inocentes criaturas ya que se alimentan y aprovechan de ellas para el beneficio propio, como nosotros.
Vemos en un espejo nuestra propia maldad y bajeza y le damos mal nombre a ciertos animales al compararlos con nuestra especie. Este es el caso especifico del lobo, del cual comentaremos a continuación, porque decir que tú eres como un lobo no es precisamente un elogio, cuando en realidad debería ser motivo de orgullo verdadero parecerse a este ser y ya me voy a explicar.
Al contario de lo que ocurre con los depredadores de la naturaleza, que comen todo aquello que cazan y solo matan para alimentarse, como regla general, los humanos, no llegamos a consumir todo lo que matamos, porque la mayor parte de esto lo convertimos en desperdicio y basura. Estamos llenos, delirantes y hastiados, pero difícilmente satisfechos.
El lobo es entre otros, símbolo de conexión con lo sagrado y poder personal. Solidaridad, compromiso, sentimiento de presencia de la divinidad en nosotros mismos y en el otro. Facilidad de tomar del otro su sabiduría. Capacidad de transmitir nuestra propia sabiduría. Conexión con la familia y el grupo. Honor en el compromiso y honor en la manifestación de los límites.
¿Por qué el lobo representa estas cosas?, ¿Qué hace que el lobo tenga esta sabiduría innata en el? ¿Cómo se identifica que esto es así?.
La base de esto es la capacidad del lobo para transmitir conocimiento y para aprender de los otros. Estos animales se acomodan en organizaciones altamente jerarquizas y diseñadas para la ayuda mutua y la supervivencia a través de la colaboración. ¿Cuantas veces un proyecto humano no se lleva a cabo por las luchas de poder intestinas entre sus miembros?... Esto es un asunto de preguntarse sobre todo en épocas electorales de cualquier tipo. Es falso que sean los lobos los que se despedazan los unos a los otros porque si. El lobo es instintivamente colaborador, sumiso con su alfa, organizado en equipo y con un fuerte compromiso con la familia y el cuidado de los mas pequeños. ¿No crees que mas de una sociedad humana debería tener esta firmeza de cooperación y armonía tal y cual la tienen los lobos?
Pero no te equivoques, que además de ser altamente sociable, el lobo también tiene la capacidad de gozar de un tremendo poder personal, confianza y certeza de sí mismo cuando está solo. Puede ser que es mas peligroso un grupo de lobos, pero uno solo también inspira respeto y temor.
Esta capacidad de pertenecer al grupo, pero a la vez ser independiente, es una bella cualidad que hace de los lobos ejemplo. ¿Por qué el lobo puede estar fácilmente solo o en grupo?... nos preguntamos y la respuesta es mas simple de lo que parece: alguien que tiene definida su individualidad, su propio poder, su propio carácter, no teme seguir a un líder cuando es necesario por el bien del grupo. No antepone su ego en la lucha de poder en detrimento de la supervivencia de todos. Hay un ego sano, saludable, seguro de sí.
El asunto con los seres humanos es que nosotros no necesariamente somos cómo queremos ser sino como nos toca ser por esa triada de factores biológicos, culturales y de aprendizaje que nos determina. Sin embargo, podemos aprender, ¡si que podemos!. La idea es que si permitimos la individualidad humana y la valoramos, nuestra propia etología que nos impulsa a pertenecer y a asumirnos en grupos funcionará mejor. Es muy paradójico, pero solo quien tiene confianza en sí mismo y valora su poder individual como ser único y así funciona bien en solitario, puede ser un excelente Alfa, es decir, un líder de primera.
La primera práctica determinante del líder excelente es el máximo equilibrio entre aprender de otros y tomar en serio la propia individualidad, tal y como el lobo lo integra tan magistralmente.
Dar y recibir conocimiento, dar tu experiencia, aprender del otro cuando es necesario, saber estar solo, saber estar acompañado, preocuparte por que toda tu familia o grupo esté bien sin discriminar a ningún miembro, si lo sabes hacer, entonces tienes un Alfa en tu corazón y mereces ser el líder de tu equipo.
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